EUROPA
PRESS
4 octubre
2016
Más de la mitad de las personas con orejas prominentes, también
conocidas como 'orejas de soplillo', reconoce haber sufrido bromas y burlas y
un 34 por ciento asegura que se sentiría más feliz si no las tuviera de ese
tamaño, según se desprende del estudio 'Escucha a tus orejas', elaborado por Allergan y en el que han participado 450 personas.
Se
trata de un problema que, según ha informado el especialista en Cirugía
Plástica, Estética y Reparadora y director de la Clínica Porcuna & De
Benito de Madrid, Antonio Porcuna, afecta al 8,5 por ciento de la población y
que cada año origina 170.000 intervenciones en todo el mundo debido a los
problemas estéticos y de autoestima que provoca.
De
hecho, ocho de cada diez señalan que las 'orejas de soplillo' son motivo de
comentario, lo que hace daño al 46 por ciento de los afectados, especialmente
si son mujeres y jóvenes. Y es que, tal y como se desprende del trabajo, el 55
por ciento cree que la imagen de la cara, incluyendo la forma y tamaño de las
orejas, influye en su autoestima.
"Se
trata de un aspecto físico que suele causar complejos los cuales, en algunos
casos, hacen que las personas cuestionen hasta su valía profesional o se aíslen
socialmente", ha explicado la psicóloga y especialista en Inteligencia
Emocional, Silvia Álava.
"Son peor que los michelines"
En este
sentido, el trabajo ha mostrado que tres de cada diez dicen que tener las
'orejas de soplillo' es peor que tener michelines, ya que son más difíciles de
solucionar y provocan "más burlas". Por ello, el 23 por ciento de los
encuestados asegura que tendría una mayor autoestima y un 20 por ciento menos
vergüenza en público si no tuviera las 'orejas de soplillo'.
Asimismo,
un 45 por ciento se muestra a favor de someterse a una intervención para
corregir el tamaño de sus orejas, si bien el 37 por ciento confiesa habérselo
planteado alguna vez y sólo un 8 por ciento está convencido en pasar por
quirófano.
Ahora
bien, pese al aislamiento social, e incluso laboral, que las 'orejas de
soplillo' pueden provocar en los adultos, los problemas se suelen padecer más
en la niñez puesto que los niños son "más crueles" y no tienen
"tantos filtros" a la hora de decir las cosas. En concreto, hay
menores que en el colegio sufren insultos como "duende, Dumbo, orejotas o parabólica", entre otros.
"Los
padres muchas veces sufren más que los niños y por eso es importante que
trabajen la afectividad, que hablen con el colegio y que intenten fomentar la
empatía en sus hijos. Además, también se pueden plantear la cirugía en el caso
en el que el niño se juzgue a sí mismo de forma negativa, no quiera ir al
colegio o se aísle del resto, puesto que es raro que los complejos se resuelvan
por sí solos", ha zanjado Álava.